16 feb 2010

Las fuentes


Puede que, en broma o en serio, muchas personas durante largo tiempo enviaban cartas dirigidas a Mr. Sherlock Holmes al número 221 bis de Baker Street. La gran afición por las novelas escritas por Sir Arthur Conan Doyle suscitó que se diera ese fenómeno.
Pero, evidentemente, el detective fue concebido por la imaginación de su creador. Aunque, el personaje, está basado en una persona real llamada Joseph Bell, un médico de enfermería de Edimburgo. Según la propia descripción de Conan Doyle, el médico que también ejercía la docencia era: "delgado, nervudo, de cabello negro, rostro afilado y nariz poderosa". Bell era un cirujano habilidoso que destacaba por los acertados diagnósticos que realizaba. Conan Doyle fue alumno suyo y ayudante en la atención a sus pacientes. Doyle se encargaba de dar la hora de cita y hacer un resumen del caso concreto. Dichos casos se trasladaban a clases prácticas observadas por un buen número de alumnos. Cuando Doyle le comunicó a su profesor la intención de crear al literario detective basándose en su capacidad deductiva, Bell quedó encantado con la idea. Incluso prestó ideas que, al parecer, el escritor no llevó a la práctica. Conan Doyle también tomó como base de inspiración al investigador Dupin, de Edgar Allan Poe. Antes de llamarle Sherlock Holmes, barajó otros nombres como Sherringford, pero prefirió Sherlock que era "un nombre afilado como la hoja de un cuchillo".

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