En 3º de ESO, algunos de nosotros hemos leído una de las últimas novelas de Fernando Lalana, El muerto al hoyo. Es un autor muy conocido entre nosotros y que nos ha visitado en el instituto el pasado curso: sus obras tienen bastante éxito en nuestra biblioteca.
Como otras novelas suyas, esta transcurre en Zaragoza, en 2017 y nos presenta la historia que se desarrolla alrededor de Adela Jimeno y su amiga Lola Andrade, esta última detective privado. Adela la contrata para que le ayude a encontrar la llave de la caja fuerte de su casa, pues ha desaparecido tras el (presunto) suicidio de su marido. Lola comienza a investigar sin saber que, paralelamente, también la policía lo está haciendo, puesto que el marido de Adela era un testigo protegido que pasaba información sobre La Organización, una mafia riojana. El asunto se va complicando cada vez más cuando Lola empieza a sospechar que Ramiro no se ha suicidado y cuando descubre el verdadero motivo por el que Adela le ha pedido ayuda. Intriga garantizada hasta el último momento.
Como siempre, en este autor, vais a encontrar el tema de la investigación: hay desde el principio un problema para resolver y faltan datos. Aquí será Lola Andrade quien se encargará de buscarlos y ocupará toda la novela haciéndolo. Lalana mezcla muy bien la intriga con el humor: hace juegos de palabras divertidos (Un poco yo. Pocoyó), usa refranes, le pone a las calles nombres sacados de títulos de libros (Harry Potter), se inventa una mafia riojana y crea un personaje que es un vidente que comunica a Adela con el Más Allá y con su difunto marido...
Ya sabéis: suspense, humor, mafiosos, policías, muertes, videntes... La combinación no os va a defraudar.
Julián Pérez Seoane
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