El encuentro con Fernando Lalana ha sido muy agradable para los lectores del club. No sólo nos presentó su trayectoria como escritor sino que, con su impagable proximidad, respondió a muchas de las preguntas que sobre su profesión y su obra nuestros alumnos fueron formulando a lo largo de la charla. Aquí os dejamos algunas de las impresiones de nuestros fendetestas:
-
Me llamó mucho la atención que de pequeño nunca se hubiese planteado ser escritor; en realidad, quería ser arquitecto. Finalmente probó fortuna con las narraciones y vio que no se le daba mal. Al comenzar a recibir algún premio le pareció que podía ser un buen escritor... (Yaiza)
- ¡Qué curioso! Habla de sus personajes como si fuesen reales. Es más, nos ha confesado que muchos de sus personajes están inspirados en sus amigos... e incluso en él mismo. (Noelia)
- Lo que nos dejó sorprendidísimas fue que frecuentemente buscase en las esquelas de la prensa nombres para sus personajes. Nos confesó que para él los nombres son muy importantes, porque le interesa que el lector los retenga, deben ser nombres que llamen la atención. (Nadia / María)
-
Escribió La tuneladora a raíz de un hecho real: un amigo lo invitó a ver una tuneladora y, a raíz de esto, decidió construir una novela en la que esa máquina fuese un elemento importante. (Óscar) -
¡Quién se iba a imaginar que el gas púrpura de los nazis es una invención! Parece real, muy creíble. (Juan)
- Fermín Escartín es un detective muy de sorganizado, como todos sabemos. F. Lalana nos ha confesado que no le cae nada bien, le gustan más otros de sus obras. Ah! También nos ha contado que no se ha inspirado en Torrente para crearlo: Escartín es mucho más listo. (David)
- Algo que me quedó muy grabado fue el comentario, que repitió varias veces, acerca de que un escritor tiene que leer, y mucho, para poder hacer bien su trabajo. (Laura)
- Si tuviesemos que adjetivarlo, diríamos de Lalana que es AGRADABLE, SIMPÁTICO Y MUY CERCANO. ( María, Juan, Yaiza y Nadia)
-