El pasado mes de mayo nos sucedió algo realmente importante dentro del club: el escritor Carlos Roncero contactó, a través de la red, con nosotros para agradecer nuestro interés en estos dos últimos años por su novela Clara dice. Como no podía ser de otro modo, nos llenó de alegría poder comunicarnos con el autor de uno de los libros leídos en el club. Aprovechamos su ofrecimiento de responder a las preguntas que nos apeteciese plantearle y le remitimos una especie de guión de entrevista que él nos ha enviado con sus opiniones la pasada semana. Queremos compartir con vosotros este regalo, no sin antes agradecer una vez más a este escritor el impagable hecho de compartir de manera desinteresada su tiempo con todos nosotros... y con vosotros.
1.
Sabemos que
eres profesor, ¿ qué buscas en la labor de escritor?
Básicamente entretener, contar historias, emocionar,
generar debate, promover la lectura…uff, un montón de cosas, pero básicamente
entretener. La verdad, ojalá tuviera más tiempo para escribir.
2.
¿Por qué
decides escribir para jóvenes?
Eh, eh, un momento, que yo no decidí escribir para
jóvenes. De hecho, ni fue mi intención al escribirlo, ni se me pasó por la
cabeza que fuera a gustar tanto a los jóvenes. Yo lo escribí pensando
en lectores adultos, y sigo pensando que deben ser los padres quienes lean este
libro antes incluso que los jóvenes. Sin embargo, un profesor me sugirió la
posibilidad de mostrarlo en los colegios. Lo comenté a la editorial y
el resto ya lo sabéis. Pero que conste que estoy encantadísimo por el hecho
de que la novela guste a los jóvenes.
3.
¿Hay algo
en tu experiencia personal que te haya influido a la hora de elegir como tema
de tu novela los peligros de Internet?
Por supuesto, os contaré cómo ocurrió.
Resulta que estaba yo en la ciudad de Bath, en
Inglaterra. Había ido un mes acompañando a los alumnos de mi colegio en un
curso de verano. Las mañanas las tenía muy libres pues los chicos estaban en la
academia, de modo que me dedicaba a pasear y pasear. Es una ciudadrealmente bonita. Generalmente acababa en Mark and
Spencer, pero no por su ropa, sino porque en el último piso hay una
cafetería agradable donde sirven un café mínimamente decente. El café en ese
país es espantoso. La ciudad edita una especie de periódico semanal (o mensual,
no lo recuerdo) que la cafetería en cuestión tenía. Un día, me puse a leerlo y
me llamó mucho la atención un artículo en el que se contaba la angustia de una
madre por el suicidio de su hija. La madre no podía entender los motivos de
aquel irreversible acto y se puso a indagar, hallando que su hija había sido
manipulada en internet por un acosador que la llegó a convencer para que se
suicidara. Es más, había convencido a más de un adolescente. La historia me
golpeó tanto que ya no me abandonó. Cuando llegué a casa me puse a escribir. Y
por esa razón, al principio de mi libro cito que está inspirado en un hecho
real. La realidad supera en muchas ocasiones a la ficción.
4.
Nos has
comunicado con una intensidad increíble el dolor de Beatriz: ¿podrías contarnos
cómo te has documentado para conseguir transmitirnos tanta tristeza y
desolación?
Por desgracia no me documenté, lo viví. La muerte de
mi madre fue un duro golpe para mí que no he terminado de superar a pesar de
los años que han pasado. En este caso, escribir “Clara dice”
me sirvió de terapia.
Cuando la madre de Clara habla de su hija, en
realidad soy yo hablando de mi madre.
5.
En Clara dice, las acosadas son dos chicas,
¿crees que en la realidad el acoso funciona también así? ¿Hay más víctimas
femeninas que masculinas del grooming?
¿Por qué?
Veréis, lo que yo pienso de internet es que se trata
de una herramienta maravillosa. Ojalá la hubiera tenido en mi época de
estudiante. No sabéis lo afortunados que sois. Sin embargo, como todo en la
vida, tiene un lado oscuro realmente preocupante que, además, no para de
multiplicarse. Profesores y padres nos sentimos a veces desbordados por estas
realidades que no podemos controlar.
El grooming existe y lo que realmente me preocupa es
la ligereza con la que se lo toman los jóvenes. Además, el acosador evoluciona
y ya se ha dado cuenta de que los chicos y chicas de quince o dieciséis años no
caen tan a menudo en sus garras, están más aleccionados, con lo que ahora acosan
mayoritariamente a chicas (y sí, es más a chicas que chicos) de trece años.
Terrible.
El acoso de mi novela existe, es real y se da más de
lo que pensáis, pero no es el único acoso. De hecho, hay adolescentes que se
comportan como acosadores (quizás sin ser conscientes, otros sí que lo son).
Seguro que conocéis algún caso en el que se margina a alguien de la clase y,
aparte de tener que soportar eso, luego le insultan en la red. Eso es acoso. No
digamos ya si esa persona es homosexual.
La respuesta está en vuestra mano, denunciando y
repudiando cualquier acto de este tipo que conozcáis, y educando (sí, todos
somos educadores, vosotros también) a los de vuestro entorno.
Sigue habiendo mucha ingenuidad por parte de los
jóvenes en internet. Yo siempre le planteo la misma pregunta a mis alumnos:
¿vosotros abrís la puerta de casa a un desconocido y le dejáis entrar? La
respuesta es, obviamente, no. Y lo siguiente que les pregunto es: ¿entonces por
qué si dejáis entrar a un desconocido en vuestro chat? Hay muchísima gente en
la red que no es quien dice ser.
6.
En los
nombres de los personajes aparece la huella de la mitología. ¿Con qué fin usas
ese recurso?
Esta pregunta me ha resultado de lo más curiosa y me
ha recordado a un sketch del grandísimo Benny Hill (En los tiempos de hoy su
humor pasaría por políticamente incorrecto) En ese sketch Benny Hill hacía de
un director de cine al que entrevistaban por su maravillosa película. El
periodista le preguntaba por posibles simbologías en su film. Por ejemplo, le
preguntaba por lo que representaba el paso de un perro en el fondo de una
escena crucial; y el director le contestaba que eso había sido casual, que el
perro pasó por ahí sin que nadie se diera cuenta.
Con Perseo y Teseo pasa algo parecido. Os he leído en
el club de lectura y, siento desilusionaros, no hay ningún significado oculto o
secundario en la elección de sus nombres. Simplemente, la escultura de El
Perseo de Benvenuto Cellini es una de mis preferidas (junto al rapto de las
Sabinas de Gian Bologna). Para buscar el nombre de su compinche me resultó
fácil pues busqué algo que rimara con Perseo. Así de simple.
7.
¿Qué le
dirías a alguien que no haya leído la novela para invitarlo a que lo hiciera?
Pues que si quiere pasar un rato realmente
entretenido que la lea. Nunca le diría que la lea para que aprenda los peligros
de internet. Eso es algo a lo que el lector tiene que llegar solo.
8.
¿ Por qué son
tan diferentes Clara dice y Los trenes perdidos?
¿Y por qué no iban a poder serlo? No soporto los
encasillamientos. Quiero escribir todo tipo de historias. De hecho, me gusta
mucho más la comedia que el drama o el misterio, pero hacer reír es mucho más
complicado que hacer llorar. No sé por qué, pero es así.
Los dos libros que citáis son los que hasta ahora se
me han publicado, pero yo siempre estoy escribiendo. Llevo un ritmo de una
novela por año. Unas son peores y otras mejores. Creo que, menos la ciencia
ficción pura y dura, he tocado hasta ahora todos los géneros. Ahora escribo una
novela de aventuras ambientada en el siglo XVIII, con piratas, nobles,
campesinos, reyes, pintores y muchas, muchas sorpresas. Lo estoy pasando genial
escribiéndola.
Una cosa más, al margen de vuestras preguntas. Yo
siempre escribo con música. Elijo una canción o un tema que me ayude a meterme
en la historia. Con “Clara dice” fue la canción de Leonard Cohen “Aleluya”,
pero en la versión de Alisson Crowe. Estoy seguro de que conocéis el tema pues salía en la
primera película de Sreck, pero con otro intérprete. Bueno, pues esa canción en
esa versión la escuché todos los días que estuve con Clara; una antes de
escribir y otra al terminar; así, cada día. Os invito a escucharla pensando en
Clara. Pero os advierto que la letra de la canción no tiene nada que ver con el
libro. Simplemente, su música y el sentimiento de la cantante con su piano me
ayudaban a meterme en la historia.
Ahora, con esta novela de aventuras, estoy escuchando
el Otoño de Vivaldi y su concierto para mandolina.
Ha sido un auténtico placer contestar vuestras preguntas. Os
estoy muy agradecido.
Leed, siempre,
aunque sea el periódico (bueno, el periódico no, que con las noticias que
trae…), o un comic, PERO LEED.