18 nov 2009

Gatos negros


Dentro del reino animal hay varias especies a las que se las asocia con la buena o mala suerte. Sin lugar a duda, el que más ha sufrido el desprecio de los supersticiosos es el gato negro. Si bien en el antiguo Egipto eran considerados la reencarnación de los dioses, y venerados por ello, hubo un momento en la historia en el que su fortuna se dio vuelta. Según la leyenda, el emperador chino Lyn Hi Tian tenía sólo una hija, que poseía como mascota a un gato negro. Un día, cuando el animal se escapó, el rey dijo que todos los que viesen pasar al gato negro y no lo atrapasen, serían ahorcados. Como era difícil de capturar, surgió el dicho que cruzarse con el animal era de mala suerte, y tomando al pie de la letra el edicto de su majestad, era mortal.
Los gatos negros para los celtas eran un animal diabólico que inspira un miedo muy particular. Unos pensaban que los gatos negros eran personas a las que los malos espíritus habían convertido en gatos, con lo que se decía que los gatos eran personas malditas.
Pero también se cuenta que los gatos negros no son más que el disfraz que utilizaban las propias brujas para pasearse tranquilamente por el mundo de los vivos y no ser reconocidas. De hecho, la diosa céltica Wicca (de donde procede la palabra en inglés Witch, es decir, bruja) se convirtió en gato negro para poder cometer incesto con su propio hermano: Lucifer.

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